Las dos diagonales de la imagen, tanto en su formato vertical como horizontal, de derecha a izquierda o viceversa, aportan un aspecto dinámico y, en algunos casos, llegan a dar una sensación de profundidad.
Para sacar partido de este efecto sólo se requiere situar elementos lineales de la imagen sobre dichas diagonales. Carreteras, ríos, vayas y otras cosas por el estilo pueden ser ubicadas sobre una diagonal lográndose así la composición deseada.
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